Cuando pensamos en lo que significa ESTRATEGIA , nos imaginamos aquellas actividades o acciones que alguien desarrolla para llegar aun punto donde quiere llegar.
En su libro Michael Porter, encamina al lector para que se cuestione ¿Cuál es el propósito del posicionamiento estratégico? ¿En qué consiste la efectividad operacional? ¿Por qué el diseño de la estrategia se basa en la creación de una posición única y de valor?
A través de varios ejemplos de empresas que lo han hecho bien, apoya sus conceptos para darle fortaleza a sus opiniones sobre lo que debe y no debe hacer una empresa.
Y es que según lo expone se cae en la errónea idea que si se tiene lo mejor, el éxito estaría asegurado, pero esto no es tan cierto ya que eso dependerá del mercado a quien esté dirigido el producto. Por eso las empresas deben crear una posición única y de valor y defenderla con alma y corazón. Pensar en ser el número uno. Eso no es estrategia, es simplemente un sueño.
Adicional a lo anterior no se puede ignorar las ventajas de la efectividad operacional, pero no de debe confundir lo anterior con la estrategia, aunque los dos están estrechamente relacionados, muchas empresas se concentran en mejorar las cifras y los indicadores, los cuales luego no logran cuantificar ni traducir para volverlas sostenibles.
Tampoco pueden irse hasta el otro extremo e ignorar las ventajas de la efectividad operacional, y citan el ejemplo de las firmas japonesas que demostraron en los 70 y 80 con sus prácticas innovadoras en la administración de la calidad total y el mejoramiento continuo.
Se debe buscar entonces mantener un posicionamiento estratégico, la pregunta es cómo? Y la respuesta es manteniendo una ventaja competitiva.
La obsesión del posicionamiento –alguna vez el corazón de la estrategia- fue relegada por ser muy estático frente al dinamismo que demandan los mercados y frente a las nuevas tecnologías. Con nuevos dogmas, los rivales asimilan rápidamente, e incluso copian, cualquier posición de mercado, asumiendo
Una compañía puede superar a la competencia siempre y cuando establezca una diferenciación que pueda mantener a largo plazo. Debe conceder gran importancia a los consumidores o tiene que crear un valor comparativo a menor precio; o realizar ambas. Consecuentemente,
¿Entonces qué es lo más importante en una empresa? No es dar valor al accionista. "Es absurdo vivir pendiente de la cotización bursátil, porque nunca refleja la realidad".
Lo que se puede extractar y dejar como resumen de lo leído se condensa así:
1. una propuesta de valor única.
Las mejores empresas no son las mas grandes o las que cotizan en bolsa, si no las más rentables, incluso las más pequeñas. Se debe centrar nuestra atención en atender aquello que olvidan los competidores.
2. Cambios en la cadena de valor
Se debe tener una cadena de valor distinta. "Son esas diferencias las que nos permiten hacer algo bueno".
3. El liderazgo
que tan dispuestos están los directivos de una empresa para tener una buena estrategia. "Algunas veces hay que pagar mejor a los empleados para ofrecer algo distinto".
4. se pueden copiar muchas ideas, pero lo importante es elegirlas bien.
5. La continuidad. "Se puede ser brillante, pero si se está cambiando cada año, no sirve para nada. Las propuestas deben durar al menos cinco años. Por ejemplo la firma Dell que lleva un montón de tiempo ofreciendo ordenadores a esos compradores que no quieren intermediarios de por medio y que prefieren diseñarlos a medida, según sus necesidades. Eso fue hace 25 años, y lo siguen haciendo".
Si aplicamos estos principios a nuestras empresas seguramente podemos encontrarnos con que hay temas por revaluar. Diferenciar claramente el alcance de la estrategia de las demás herramientas que posee la administración ayudarán a que sean eficientes mutuamente. Aprender y aprovechar el conocimiento de los que han vivido toda su vida en el mundo de los mercados es la mejor escuela que podemos tener.